jueves, 24 de enero de 2019

Cabalgando las olas


Mi paleta es bastante reducida. Voy a contaros de qué colores consta y cómo los coloco de izquierda a derecha.

  • Blanco - amarillo limón - amarillo de cadmio medio - amarillo naranja - rojo de cadmio claro - rojo de cadmio oscuro - verde primavera - verde oscuro - azul cian - azul ultramar - azul de prusia - carmín de garanza - pardo  - tierra sombra natural.

Desde que comencé a pintar hace muchísimos años hasta ahora, apenas ha variado aunque en función del tema, puedo añadir o  quitar alguno de los que he mencionado.

En realidad, los básicos, los que considero imprescindibles son menos: blanco - amarillo limón - amarillo naranja - rojo de cadmio claro - carmín de garanza - verde medio - azul de prusia y pardo.

Con solo estos, podemos conseguir cualquier color incluido el negro pero a veces, para conseguir un matiz muy concreto, un tono muy sutil, es preferible utilizar algún otro color mas específico.

Para que los colores que formamos en la paleta sean profundos y creíbles, han de llevar en su composición los tres primarios: amarillo, carmín y azul (a veces, de uno de ellos, una sola pizca).

Sería un craso error pintar por ejemplo una superficie naranja con naranja directamente salido del tubo. Le resultaría a nuestros ojos un color superficial y sin vida porque en la realidad nunca vemos colores puros o estándar. Un naranja pueden ser cientos de naranjas que portan una pizquita de azul,  de verde, de pardo... además del rojo y amarillo correspondientes en muchísimas proporciones distintas.

A mi no me gusta nada "ensuciar" los colores; me gustan vivos, vibrantes pero cuando queremos conseguir un tono quebrado, lo mezclamos con un poquito de su complementario, un pardo o un sombra.

El cuadro que muestro hoy lo he pintado con una paleta muy reducida: blanco, amarillo limón, amarillo naranja - verde medio - verde oscuro - azul cian - azul ultramar y carmín.

Está pintado con óleos sobre lienzo de 61 cm x 50 cm.


miércoles, 16 de enero de 2019

Composición abstracta: en busca de la armonía


Armonía y equilibrio en la obra pictórica

Cuando realizamos una composición pictórica que deseamos sea estética y armoniosa, tenemos que seleccionar muy conscientemente los colores a emplear y dentro de los colores, sus valores e intensidades para que el conjunto esté dotado de armonía.

Hemos de considerar el contraste, la variedad y la constancia tanto de los colores como de las formas, volúmenes y masas.

La repetición (de formas, volúmenes y colores) al igual que en la poesía con las palabras, acentos y cadencias, dota a la obra de ritmo y movimiento.

Ha de tener variedad para no resultar monótona y aburrida pero no tanta que llegue a dispersar la atención de quien la contempla.

En fin, cuando nos enfrentamos a una obra totalmente abstracta, a la que damos vida completa desde nuestra mente y con nuestro sentimiento, no trazamos o coloreamos alegremente como piensan algunas personas sino que desarrollamos y resolvemos una compleja ecuación con muchos y diferentes factores.

En este cuadro, he querido hacer uso de fuertes contrastes en las masas (elementos muy grandes y muy pequeños) y los colores.
Para el contraste de color he elegido dos parejas de complementarios: rojo - verde y azul - naranja. El contraste entre complementarios es el máximo que nos permite el color.

Para que dentro del contraste hubiese armonía, he utilizado valores e intensidades diferentes de cada color: claros-oscuros, vivos - apagados.
A veces, conseguir el tono con la viveza o intensidad justa y el valor exacto, nos hace mezclar y remezclar en la paleta, pintar y volver a repintar hasta que el ojo te dice ¡ya!

Y el ojo te dice ¡ya! cuando has conseguido la armonía, el ritmo, la fuerza, la calma, el contraste, la uniformidad la variedad y la repetición equilibrados o al menos, los que tu mente necesita para encontrarlo estético.

martes, 8 de enero de 2019

Mujer


Los Reyes Magos me han traído unas enormes ganas de trabajar. Cuando todo el mundo está de fiesta, yo, que salí algo rarita, me pongo delante del caballete y termino en una semana tres cuadros que tenía entre manos.

A mi estas fiestas navideñas, desde que dejé el colegio allá por la era terciaria, nunca me han gustado así que las aprovecho para cosas que realmente me gustan como es esta de pintar.

Este cuadro, como se ve, es una abstracción que no una pintura abstracta,

He partido del dibujo real de una mujer semi arrodillada con los brazos extendidos y he ido poco a poco prescindiendo de la imagen figurativa pero sigue aún apreciándose perfectamente gran parte del dibujo original.

Es una pintura al óleo sobre  un lienzo de 50 cm x 60 cm.