miércoles, 28 de noviembre de 2018

Bodegón. Óleo sobre lienzo


Con este tipo de pintura es con la que más cómoda me encuentro, la que me produce más satisfacción, con la que me siento más en sintonía.

Me gusta crear formas que se interrelacionen por su disposición y su color, que formen entre ellas un conjunto armonioso.

Me siento liberada de la necesidad de reproducir fielmente lo que ven mis ojos (eso ya lo hace mi máquina fotográfica) y reproduzco la sensación, la emoción que esas formas producen en mi.

Busco el equilibrio con cierto ritmo, la belleza sencilla, el sosiego del ojo. También cuento una historia pero no a través de la imitación de la realidad sino de la invención de "mi" realidad.

Y trabajo como una hormiguita hasta que encuentro el ángulo perfecto, la inclinación exacta, el volumen concreto, el matiz, el tono, el color...

Este pequeño cuadro realizado al óleo ha sufrido algunas variaciones desde que lo empecé hasta ahora que lo doy por terminado.
He modificado y ajustado formas y colores hasta que por fin he dicho ¡voilà! ¡esto es lo que más se aproxima a lo que yo quería!.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Composición en rojo y azul


Aprovecho esta composición abstracta para reflexionar un poquito sobre el color.
Ya sabemos que el círculo cromático pictórico se completa con los tres colores primarios: carmín, azul y amarillo.

Bien, pues en cualquier composición cromática, para que resulte agradable y armoniosa a la vista, han de estar contenidos en mayor o menor medida los tres colores primarios, ya sea en su estado puro,  ya mezclados entre ellos en forma de secundarios o terciarios.

He experimentado algo con esto, intentando eliminar por completo uno de los tres colores primarios para ver qué ocurría y el resultado ha sido, claro, un completo fracaso.

Comencé esta composición que muestro hoy, utilizando solamente el rojo y el azul, puros o mezclados entre ellos y con el blanco para conseguir diferentes valores de claros y oscuros.

El resultado: muy frío. Entonces, introduje el amarillo y observé lo que pasaba.

Lo mezclé con el carmín en cantidad apenas imperceptible y solo en dos pequeñas zonas pero la composición, de pronto, tomó vida.

Surgieron esos tonos de rojo claro, casi naranja que se ven abajo a la izquierda. Fijaos que poquito y que fuerza la suya.

 Ocurre lo mismo con nuestras pequeñas acciones individuales y cotidianas, que aún siendo insignificantes, son capaces de mejorar (o empeorar) nuestra vida y la de los que nos rodean.

A la composición aún le faltan matices. Es evidente que se necesita algo más de amarillo repartido por ella.

(Gouache sobre papel)