jueves, 22 de noviembre de 2018

Composición en rojo y azul


Aprovecho esta composición abstracta para reflexionar un poquito sobre el color.
Ya sabemos que el círculo cromático pictórico se completa con los tres colores primarios: carmín, azul y amarillo.

Bien, pues en cualquier composición cromática, para que resulte agradable y armoniosa a la vista, han de estar contenidos en mayor o menor medida los tres colores primarios, ya sea en su estado puro,  ya mezclados entre ellos en forma de secundarios o terciarios.

He experimentado algo con esto, intentando eliminar por completo uno de los tres colores primarios para ver qué ocurría y el resultado ha sido, claro, un completo fracaso.

Comencé esta composición que muestro hoy, utilizando solamente el rojo y el azul, puros o mezclados entre ellos y con el blanco para conseguir diferentes valores de claros y oscuros.

El resultado: muy frío. Entonces, introduje el amarillo y observé lo que pasaba.

Lo mezclé con el carmín en cantidad apenas imperceptible y solo en dos pequeñas zonas pero la composición, de pronto, tomó vida.

Surgieron esos tonos de rojo claro, casi naranja que se ven abajo a la izquierda. Fijaos que poquito y que fuerza la suya.

 Ocurre lo mismo con nuestras pequeñas acciones individuales y cotidianas, que aún siendo insignificantes, son capaces de mejorar (o empeorar) nuestra vida y la de los que nos rodean.

A la composición aún le faltan matices. Es evidente que se necesita algo más de amarillo repartido por ella.

(Gouache sobre papel)

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