martes, 27 de diciembre de 2016

Colores complementarios. Cómo mirar un cuadro

La doncella de cabellos dorados de Frederick Leighton

Los colores complementarios son los que se hayan situados en el polo opuesto en el círculo cromático: amarillo y violeta, naranja y azul, rojo y verde, etc...
Estos pares de colores se refuerzan entre si de modo que cualquiera de ellos parece más vivo si tiene al lado a su complementario.


Colocados yuxtapuestos, se consigue con ellos el máximo contraste; un contraste armonioso pero impactante.
Sin embargo, si los mezclamos en la paleta en igual proporción, nos resultará un "no color", un gris sucio y si la mezcla la realizamos en proporciones diferentes, el resultado será un color quebrado y suave.

En una composición pictórica, podemos utilizar los complementarios de muy diferentes formas:
  • Yuxtapuestos, con el mismo valor (luminosidad) e intensidad
  • Con el mismo valor y diferente intensidad
  • Con igual intensidad y diferente valor 
  • Con diferentes intensidades y valores
  • En gradaciones producidas por la mezcla de ambos (como en el cuadro de arriba)
Podemos utilizar también:
  • Complementarios cercanos: se elige un color y luego otros dos que equidisten del complementario del primero. Ej: rojo con azul verde y con verde amarillento. (podemos utilizar los tres o solo dos)
  • Dobles complementarios: dos parejas de complementarios entre sí. Uno de los 4 colores ha de ser el dominante, su complementario estar difuso y la otra pareja, uno algo más y el otro apenas  (La doncella de cabellos dorados de Frederick Leighton)
  • Triadas complementarias: tres colores equidistantes entre sí formando un triángulo en el CC. Ej: amarillo naranja – azul verde – rojo violeta.
  • Tétradas: 4 colores formando un cuadrado o rectángulo en el CC, o sea parejas de complementarios. Ej: amarillo – violeta y rojo - verde (como en el mismo cuadro de portada).
He elegido el cuadro de Frederick Leighton, pintor figurativo del siglo XIX, titulado "La doncella de cabellos dorados" porque con él el pintor nos da una buena lección de cómo conseguir la armonía a base de complementarios.

Como puede observarse, en la aplicación de estos colores, siguió la norma que dice: para que una composición sea armoniosa ha de incluir un color dominante, otro tónico y otro de mediación, cercano al tónico en el círculo cromático:
  • Eligió dos parejas de complementarios: amarillo-violeta y rojo-verde.
  • Convirtió el amarillo en el color dominante por lo que la mayor extensión del cuadro la ocupa este color. No solo los cabellos, también el ropaje “blanco” de la doncella está pintado con amarillos.
  • Utilizó el complementario del amarillo, el violeta, como color tónico, para apagar los amarillos, oscurecer el cabello y pintar el fondo y las zonas en sombra.
  • La otra pareja de complementarios, el rojo del libro y el verde del lazo, evitan la monotonía y proporcionan contraste al conjunto pero al no ser intensos ni brillantes sino oscuros y apagados no rompen la armonía sino que la enriquecen. Como deseaba un efecto cálido, eligió el rojo como color de mediación. Si hubiera preferido un efecto frío, habría elegido el azul para el libro y el lazo habría sido naranja.
El conjunto es muy armonioso y cálido y transmite cierta paz y sosiego pero sin caer ni de lejos en la blandenguería o la monotonía, gracias a esos complementarios tan sabiamente utilizados.
¿Os imagináis este cuadro con otros colores? La sensación y el mensaje serían completamente diferentes.

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