Silla cubista (Óleo sobre lienzo)


Yo no soy una persona metódica por naturaleza, sin embargo, las circunstancias de la vida y el trabajo me han obligado a comportarme siempre como tal.

Digo esto para que se entienda un poco mi forma de pintar. Aquí sí que soy la jefa, la que hace lo que quiere, la que no sigue un método, una línea determinada, un estilo marcado.

Afortunadamente, al no pintar para galerías, ni ventas, ni exposiciones, lo hago como me da la gana, como me sale de dentro, como me apetece en cada momento, sin preocuparme si esto venderá, tendrá aceptación o será lo suficientemente bueno.

Es simplemente una forma de expresarme, auténtica, ni buena ni mala; buena para mí que me libera, me enriquece, me satisface y me divierte.
Dicho esto, creo que se entienda por qué paso del constructivismo al realismo, de aquí al expresionismo abstracto y luego vuelvo al cubismo o a la abstracción simbólica. Pinto de todas las formas que me gustan y me permiten conseguir los objetivos que persigo.

Me sirven todos los estilos con los que puedo expresarme.

El cubismo fue un estilo que me impactó profundamente. Los cuadros de Braque, Picasso, Juan Gris, María Blanchard… dejaron en mí una profunda huella.
Fue un movimiento artístico tan rompedor que aún hoy día hay mucha gente que no lo entiende y no lo aprecia pese a estar considerado ya un estilo clásico.

Esta es la silla de mi habitación desde una perspectiva cubista (Óleo sobre lienzo de 46cm x 38cm) Otro día hablaré de este estilo pictórico con más detalle.



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