Composición abstracta. Acrílico sobre tabla
Termina el mes y me apetece cerrarlo con una de las pinturas
que más me gusta hacer: se trata de una composición totalmente abstracta (no una
abstracción de la realidad como en otras ocasiones)
Para el dibujo, dejé mi mente en blanco: nada de objetos,
figuras o ideas que plasmar.
Me centré única y exclusivamente en líneas y formas que,
situadas en la superficie del cuadro, formaran un todo coherente, armonioso y
equilibrado.
Dejé que fueran el ojo y el cerebro el que guiaran mi mano
hasta que el conjunto me resultó gratificante.
Una vez conseguido el dibujo, preparé el tablero.
Utilicé pintura acrílica blanca mezclada con arena de río
para dotarlo de textura.
La extendí con una llana de albañil de forma irregular, procurando
conseguir una superficie con “arrugas”.
Cuando esta base estuvo seca, trasladé el dibujo al tablero
valiéndome del método de la cuadrícula.
Y después… a pintar, dejando que de nuevo sea mi cerebro el
que dirija el trabajo: colores que armonizan, que contrastan, que se apoyan,
que se refuerzan, formas que se acercan o se alejan ópticamente gracias al
color que las cubre, superposición de tonos que permiten ver lo que hay debajo…
Feliz otoño a todos los lectores del blog. Este cuadro es para
vosotros.
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