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Mostrando entradas de marzo, 2017

Bodegón con pinturas al gouache

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Sigo con los colores al gouache y poco más me queda para deciros sobre ellos que no haya dicho ya pero me apetece mostraros algunos otros trabajos realizados con este material. Diseñadores e ilustradores los han utilizado mucho porque con ellos podemos conseguir colores planos y opacos pero también transparencias, luces y brillos. Hay colores totalmente opacos, semitransparentes y transparentes. Con estos últimos, bien diluidos en agua, pueden conseguirse lavados casi como los de la acuarela. Tienen la ventaja de ser pinturas muy fluidas que se deslizan fácil y suavemente sobre la superficie a pintar. Secan muy rápidamente y una vez secos, pueden seguir trabajándose sobre ellos. Y uno puede equivocarse y ponerle solución dejando secar bien la superficie a rectificar y pintando encima con color opaco o humedeciendo dicha superficie y absorbiendo la pintura con una esponja o papel de cocina.

Intersección. Gouache sobre papel

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Me gusta mucho pintar con pinturas al agua: témperas o guache. El gouache y la acuarela son muy parecidos pero hay diferencias muy importantes entre ellos. Los pigmentos utilizados para fabricar el gouache no están tan finamente molidos por lo que resultan colores con más cuerpo, más opacos, menos luminosos. Estas características nos permiten pintar superficies planas y colores claros sobre oscuros y también, realizar trabajos de aspecto más sólido y más elaborados que con acuarela. Si queremos lograr transparencias con los gouaches, podemos hacerlo diluyéndolos mucho con agua y no mezclando con blanco. Claro que nunca serán tan luminosas como las conseguidas con la acuarela. Se pueden utilizar sobre diferentes tipos de papeles. Ya conté en otra entrada que a mi me gusta el que antiguamente usaban los tenderos para envolver los alimentos y cuando quiero algo más refinado, el papel de acuarela. Las técnicas más utilizadas con este tipo de pintura son: La...

Pensamientos materializándose

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Parece un título algo ampuloso el que le puse a este cuadro pero una vez terminado comprendí que era exactamente eso lo que expresaba para mi. Empecé sobre un lienzo, sin dibujo previo, a pintar con óleo diluido en una mezcla de trementina y unas gotas de aceite de linaza. Solo quería liberar la mente, disfrutar pintando, combinar colores de forma armoniosa. No tenía otra intención. Al poco, me vi dividiendo el cuadro en 4 partes, las 4 etapas de la vida: infancia, juventud, madurez y ancianidad y fui cargando cada una de ellas de símbolos con formas y colores. Hay algo que une a las cuatro como un todo continuo (una casa común, un color base) y algo que las separa y diferencia de forma clara. En fin, que aunque no nos lo propongamos, nos manifestamos siempre en todo lo que hacemos, decimos, compramos, vestimos... y por supuesto, dibujamos o pintamos.