miércoles, 28 de junio de 2017

La niña de María Blanchard


 ¿Conocéis la obra de María Blanchard?

Este cuadro que os muestro hoy, lo pinté fijándome en su “niña con pañuelo” No quise copiarlo tal cual pero sí quise aprender mucho con él. No hay comparación posible entre los dos ni lo pretendo de lejos. El suyo es una obra de arte, el mío un ejercicio de aprendizaje.

María Blanchard fue una pintora santanderina (1.881-1.932) con un alma hermosa y sensible atrapada en un cuerpo deforme, víctima de la crueldad e ignorancia de los niños que se burlaban de ella y de los adultos que la observaban con conmiseración y repugnancia.
Esto la hizo ser una niña triste, solitaria y melancólica y la llevó a concentrarse en si misma y llevar una vida triste y desgraciada.
En 1916, huyendo de la situación asfixiante en la que vivía aquí, se instaló en París llegando allí a ser un miembro relevante de la École de París y haciendo amistad con los grandes pintores cubistas del momento, entre ellos Juan Gris que ejerció sobre ella una gran influencia.

Sus cuadros desprenden una gran emoción contenida, un poso de tristeza que a mi personalmente me conmueve hasta la médula. Son hermosos, tristes y tiernos a la vez.

A lo largo de su trayectoria, atravesó tres fases diferenciadas: una primera realista, otra segunda cubista y otra última de vuelta al realismo.
Su pintura es todo sentimiento, delicadeza, sutileza, elegancia y oficio. Alguien dijo que era un cubismo sin aristas, un expresionismo sin cólera.


Cuadros de María Blanchard. De izquierda a derecha: "Naturaleza muerta" de estilo cubista, "Maternidad" y "Niña con pañuelo"

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